Errante viajera
Tu ausencia como fuego
perpetuo
me consume.
Eres la mujer que pasa y
no se queda
la errante viajera.
Alguna vez estuviste en
mis parajes
pobres y ordinarios.
Nada hubo de sorprenderte,
nada,
pues seguiste tu viaje.
No volviste la mirada, no
agitaste la mano
para despedirte.
No me viste mirándote,
triste triste,
no me viste.
Mujer que pasa, mujer
errante…
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