El señor que paseaba con un pingüino
Quizás en otros tiempos, cuando el
hombre era más amigo de los animales, no hubiera sido extraño ver a un señor
paseando por la calle con un pingüino. Pero, en esta época, ¿a quién se le
ocurre darle la mano a un pingüino y caminar al compás de sus pasitos? La gente
lo creería loco.
Al señor de nuestro cuento no le
importaba que lo creyeran loco. El pingüino tampoco pensaba que era locura
caminar con un hombre. Y así, los dos iban muy campantes, mirando los maniquíes
de los escaparates, comprando helados, saludando a los amigos.
Iban a cruzar una calle cuando los
vio un policía de tránsito. El policía dejó de agitar los brazos y vino hacia
ellos. Parecía molesto.
–¿No sabe que está prohibido caminar
por la calle con este tipo de animales? –dijo señalando al pingüino, que se balanceaba
sonriendo junto a su bota.
–Disculpe, no lo sabía –contestó el
señor.
–Bueno, ahora lo sabe. La Sociedad
Protectora de Animales puede confiscarle su pingüino.
–Sí, claro. Pero resulta que yo lo
encontré extraviado unas cinco cuadras más abajo. Mírele la cara, es tan
simpático que usted tampoco hubiera podido abandonarlo.
–En este caso, lo que usted tiene que
hacer es llevarlo al zoológico.
–¡Qué buena idea, jefe, cómo no se me
ocurrió antes! Muchas gracias –dijo el señor tomando nuevamente la mano (más
correcto sería decir aleta) del pingüino.
Los dos se despidieron del policía y
se perdieron calle abajo, siempre mirando los sucesos de la calle. A ratos, el
hombre le explicaba al pingüino ciertas cosas que este no entendía.
Al día siguiente, como de costumbre,
el policía estaba dirigiendo el tráfico en la misma esquina.
De repente se quedó inmóvil: allí
estaba otra vez el señor y el pingüino. Lo saludaban con la mano,
inocentemente. El policía se movió hacia ellos con grandes pasos y estaba
colérico cuando dijo:
–¿No le aconsejé ayer que llevara el
pingüino al zoológico?
–Sí –dijo el señor–, sí me acuerdo. Fue una gran idea, le gustó bastante, se divirtió mucho. Pero estamos apurados, en otra oportunidad le contaré con más detalles. Ahora lo estoy llevando al cine.
José Watanabe (Perú)
FICHA DE LECTURA
I. COMPRENSIÓN A NIVEL LITERAL
1. ¿Por qué el policía estaba molesto cuando vio al señor con el pingüino?
2. ¿Quién podría confiscarle el pingüino al señor?
3. ¿Dónde había encontrado el señor al pingüino?
4. El policía ¿dónde aconsejó que lleven al pingüino?
II. COMPRENSIÓN A NIVEL INFERENCIAL
5. ¿Qué fue lo que el señor comprendió cuando el policía le aconsejó que lo lleve al zoológico?
6. En esta época: ¿por qué nadie pasearía con un pingüino por la calle?
7. ¿Qué esperaba el policía que haga el señor con el pingüino después de decirle: "lo que usted tiene que hacer es llevarlo al zoológico"?
III. COMPRENSIÓN A NIVEL CRÍTICO VALORATIVO
8. ¿En la actualidad se puede tener a un pingüino como mascota? ¿Por qué?
9. ¿Qué le debe decir el policía al señor, después que este le contestó que está llevando al pingüino al cine?
IV. ASPECTO CREATIVO
10. Dibuja a un hombre caminando por calle con una mascota que no es común en tu pueblo.
**Ficha de lectura propuesta por el autor del post.
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